Con enorme dolor recibimos la noticia del fallecimiento de nuestro queridísimo amigo Mario Vargas Llosa.

Desde 2006, año de la fundación de la Asociación, Vargas Llosa nos ha dado siempre su apoyo incondicional, reconociendo el valor de la obra artística y literaria de Eielson y estimulándonos en nuestra tarea de difusión de la cultura latinoamericana en Italia. Cada vez que lo invitamos a las iniciativas sobre Jorge ha participado con entusiasmo, estando efectivamente presente para inaugurar las exposiciones de 2008 y de 2014, o asimismo enviando escritos para libros y catálogos, llegando a aceptar el nombramiento de Director del Comité Científico del Centro de Estudios.

Gracias a esta relación y a la intervención de nuestra Martha Canfield, en junio de 2014 se le concedió el Doctorado Honoris Causa en Lenguas y Literaturas Europeas y Americanas de la Universidad de Florencia; en esa ocasión pronunció una emocionante Lectio magistralis titulada “Boccaccio en escena”.

Además de haber editado numerosas obras suyas en italiano, con varias editoriales y también con el Centro Eielson, recordamos con enorme afecto el largo período en el que fue nuestro huésped en Florencia para investigar todo el material posible sobre Boccaccio, que luego daría lugar a la obra teatral Los cuentos de la peste.

Dada esta intensa relación, en octubre de 2022 se concretó la idea de organizar en Florencia un Convenio Internacional en su honor, contando con su presencia, en el cual participaron estudiosos y escritores de todo el mundo, con un enorme éxito de público.

Con Mario nos unía una relación especial que iba más allá de la literatura y una amistad particular con Martha Canfield que involucraba a todas las personas que han trabajado en el Centro Eielson desde su fundación.

Enviamos un fuerte abrazo a sus familiares y a sus amigos, seguros de que don Mario nos ha dejado a todos nosotros mucho más de lo que hemos perdido. Nos complacemos en cerrar estos pensamientos con el poema que años atrás le dedicó su compatriota y amigo Carlos Germán Belli, también él recientemente fallecido.

EL CONTINENTE EMERGENTE

El continente Vargas Llosa aquí,

de tierra firme no, sino palabras,

yérguese letra a letra de improviso

a mitad del pasado siglo XX

en medio de las aguas del Atlántico,

abrazando primero las columnas

de Hércules y después

las milenarias ínsulas Hespérides,

que ocupa el vasto océano

con su flamante suelo transatlántico,

eslabón entre una y otra orilla.

Y el raro continente apellidado

Vargas Llosa se extiende sin cesar

en el espacio donde justamente

estuvo ayer la Atlántida enigmática,

a la que de pe a pa remplaza ufano,

sí, con toda razón, por las mil cumbres

empinadas, que son

cada libro mañana, tarde y noche

escritos con impar

vigor entre el Antártico y el Ártico,

y cada cual por siempre sin segundo.

He aquí la superficie en que reposan

aquellas cumbres con firmeza tal,

que es el vocabulario y la sintaxis

en compacta y certera urdimbre unidos,

mejor que tierra firme deleznable,

recóndito sostén de la escritura,

y en el éter de arriba,

el estímulo divinal del alma,

como es la inspiración,

raudo se encarna en el novísimo arte

de las letras hoy arduas más que ayer.

Que a ojos vistas entre la neblina

el nuevo mundo asaz vargasllosiano,

curiosamente  análogo a la Atlántida,

porque están dondequiera codo a codo

en fijas situaciones parecidas,

como es en la memoria de la grey,

hallarse allí anidados

en el seno de las diversas lenguas,

que universal destino

de uno y otro sin duda inalterable,

exactamente ayer, hoy y mañana.

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